Martha Jap
Inder
Yoga Teacher
en Yoga Danza Veda
Yoga Teacher
en Shakti Dance
Silencio...el
aroma del corazón.
Camino sin
pies; siento más allá de la piel. Mis manos acarician el no espacio.
Estos ojos
miran sin mirar.
Llego a una
estación en la que siempre estuve, y a la vez que el viaje continúa, permanezco
eterna en ella.
Inhalo
profundo tu aroma silencioso.
Exhalo. Nada
más.
Taller
Yoga Danza Veda
Lotus
Flower
Enraizada en la
sabiduría ancestral de los Vedas, une las técnicas de Yoga al movimiento
orgánico de la danza desde un enfoque contemporáneo, y recuperando la esencia
sagrada tal y como es vivida en las danzas clásicas indias. Un espacio para
recordar la conexión más profunda con el flujo natural de la vida.
Martha Jap
Inder
Algo me guió paso
a paso hasta aquí. Ahora puedo ver como cada experiencia vital fue
imprescindible, y la agradezco.
El yoga tocó a mi
puerta con 18 años, inesperado. De eso ya hace 20. Apareció para quedarse,
creciendo junto a mi, ayudándome a superar lesiones, dificultades y, lo más
importante, a encontrarme con el movimiento natural y la libertad. La danza
llegó aún antes.
Vivo el yoga y el
movimiento como un marco de exploración de quién soy, poniendo la técnica al
servicio de la vida misma, y del misterio que en ocasiones es revelado.
Muy agradecida a
todo lo que me ha nutrido: en Yoga, varias escuelas (Hatha, Integral,
Kundalini…), y en Shakti Dance; diferentes estilos de danza (oriental, tribal
fusión, contact impro, funky, contemporánea…); al giro sufí…
Las enseñanzas y
el espíritu vivo de los Vedas, de la tradición tántrica y del Advaita Vedanta,
me alimentan. Todo esto ha sido fundamental en la esencia y técnicas de Yoga
Danza Veda, puerta que llama al misterio que somos.
Inclino la cabeza
ante el milagro de la vida, y agradezco.
FLOR DE LOTO
En India dicen
que así somos.
Una semilla reposa
en el fango. Con dificultad empieza a moverse, a sentir la llamada de la vida
en danza. Nuestra vida humana, condicionada. A veces feliz, otras insoportable.
Difícilmente sentida plena. Es, en sanscrito, Tamas Guna. Su medicina es la
confianza en ir más allá de la inercia.
Es la tierra.
Plano material. Y corresponde a esos momentos en los que solo podemos percibir
la vida en este plano, separada de los demás. Superándose, la semilla es movida
por un impulso vital hasta que, un día, brota en el agua. Comienza una nueva
aventura de remolinos y pasiones.
El tallo del loto
se encuentra con la dificultad del movimiento de las aguas, y es precisamente
ese reto el que hace madurar.
Si el agua es
escasa, no le da tiempo a evolucionar lo necesario, y muere. Si hay demasiada
agua, se ahoga en el camino.
La madurez que nos
permiten las olas de la escuela humana. Es Rayas Guna en sánscrito. Es la
acción y el movimiento, y su fuerza evolutiva. Su medicina es no dejarse
atrapar por aquello que nos trae gusto superficial y temporal. Vivirlo, dejando
ir.
Y hay un momento
donde el tallo llega al aire y ahí crece. Ligero. En paz. Sattwa Guna, en
sánscrito. Dulce y con facilidad, el tallo continúa creciendo hasta que en la
madurez necesaria eclosiona una hermosa flor. Es el fuego del espíritu humano
que alcanza la realización, en pura belleza.
Con sus largas
raíces aún en fango, y el tallo atravesando las aguas de la experiencia, la
flor de loto contempla el mundo sin ser mojada por él.
Cuando la noche
llega, la flor cierra sus pétalos humildemente regresando al agua. Es con el
nuevo día que vuelve a florecer y abrazar el sol.
Así mismo, cuentan
que el espíritu humano, cíclico se contrae y expande para darse a luz una y
otra vez. Es su naturaleza evolutiva, que sucede sin más, cómo ley natural.
Que podamos contemplar
con alegría la perfección del movimiento de la vida, sabiendo que es completo.
Que nada falta, que nada requiere.
Agradecida,
inclino.
ॐ पूर्णमदः पूर्णमिदं
Om Purnamadah
Purnamidam